25 de octubre de 2010

Un caso del deporte

Nacidos casi en el mismo momento pero alejados por los papeles —un año— y por la distancia —uno en Argentina y el otro en Estados Unidos—. Pero genéticamente idénticos. Las condiciones ambientales, eso sí, diametralmente opuestas. Tanto que uno alcanzó la estatura de ciento noventa y tres centímetros y el otro apenas llegó a los ciento setenta y tres; el primero creció sano y sin porblemas, el otro sufrió un accidente y se quemó parte de la cara y el cuerpo.
Genéticamente idénticos. Y no cabe duda que las expresiones faciales las da la vida. Pero idénticos.
Uno nadó y nadó y el otro anotó y anotó goles. Ambos, sin duda, sobresalieron en su deporte.