7 de agosto de 2011

Todo

—¿Estás seguro? —preguntó—.
—Sí —contestó como por inercia—. Quiero entenderlo todo.
—Debes saber que quien consigue entenderlo todo ha de renunciar a la posibilidad de explicarlo. El proceso puede ser bastante caótico pues, entre más lo intentes, más te vas a alejar, y dudarás de tu misma capacidad de entendimiento. Aunque te entiendas, serás incapaz de explicarte a ti mismo.
—Quiero entenderlo todo —repitió en automático—.
Bien —dijo la voz invisible—, entonces que así sea.
En ese momento se vio una luz de una intensidad indescriptible, que contenía todos los colores sin mostrar ninguno.
—¿Estás contento ahora? —preguntó la voz.
No se escuchó respuesta.

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